"Es una propuesta científica, novedosa y atractiva", declaró el director del Museo Arqueológico Nacional, Miguel Ángel Elvira, al presentar la exposición Bizancio en España. De la antigüedad tardía a El Greco, que permanecerá abierta al público hasta el 6 de julio, con el patrocinio de la Caja de Ahorros del Mediterráneo.
La sala de exposiciones temporales del museo se ha convertido en una basílica paleocristiana, con juegos de luces y colores, en un montaje diseñado por Jesús Moreno & Asociados, que lleva al visitante a El Redentor, de El Greco, en la nave central, y a la dispersión en vitrinas de 165 piezas (91 en préstamo y 74 del Arqueológico Nacional), procedentes de 38 museos e instituciones, con unos seguros que alcanzan los 51 millones de euros.
La intención del comisario de la exposición, Miguel Cortés Arrese, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del comité español de estudios bizantinos, es prolongar el interés por el arte bizantino, que ha tenido desde los años noventa diversas exposiciones en Milán, Londres y París.
La exposición recoge las obras bizantinas conservadas en España -alguna ha terminado en el Metropolitan de Nueva York-, sobre todo procedentes de Cartagena, la ciudad más importante, junto con las factorías industriales de Málaga, Algeciras y Ceuta, en el control del Estrecho. El montaje representa, según Miguel Ángel Elvira, la actualidad de la bizantinística española, que en los últimos 15 años celebra unas jornadas y mantiene una revista, con la publicación de los textos clásicos y la difusión de los iconos. También se ha querido volver a la idea del bizantinismo de El Greco, desarrollada por los pensadores de la generación del 98 frente a los partidarios de la crítica del arte italianizante.
El Disco de Teodosio, de los siglos IV-V, en plata fundida y cincelada, descubierto en 1847 en Almendralejo (Badajoz), se identifica como la pieza central del arte bizantino en España y una de las joyas de la colección de la Real Academia de la Historia (que tras su restauración sólo presta una reproducción). El comisario, Miguel Cortés Arrese, invita a conocer otras piezas singulares y poco expuestas, como el manuscrito del Nuevo Testamento (del Monasterio de El Escorial, Patrimonio Nacional), del siglo XII, cuyas figuras de Judas y Pablo son la imagen de la exposición y portada del catálogo.
El comisario ha dividido el montaje en seis secciones temáticas, que arrancan con el descubrimiento de Bizancio en España a lo largo de los siglos XIX y XX, con el testimonio de eruditos, viajeros y diplomáticos, donde destaca la expedición científica de la fragata Arapiles y los estudios de Juan de Dios de la Rada y Delgado. El Disco de Teodosio es una de las imágenes del poder, junto a otros objetos de lujo, monedas y tejidos.
La vida cotidiana en Bizancio y en otras áreas del Mediterráneo oriental se ilustra con objetos de excavaciones, que recogen el tráfico comercial, los objetos de iluminación (lámparas de bronce y cerámica) y de liturgia, como la evolución del iconostasio, el muro de piedra y mármol que separaba el ábside y el resto de las iglesias. En una zona especial se han situado los manuscritos bizantinos, que se conservan en las bibliotecas de El Escorial y en la Nacional, en los que destaca el esplendor de las materias ricas y el color con fondos de oro. Otra sección está dedicada al arte para la liturgia, de espíritu monástico e inspiración oriental, que se pueden descubrir en una selección de iconos (como el de la catedral de Toledo), incensarios y cruces decoradas. El catálogo amplía las distintas secciones, con trabajos de Miguel Cortés Arrese, Marina Chinchilla, Pedro Bádenas, Darío Bernal y Margarita Vallejo, Inmaculada Pérez, Ángela Franco y Miguel Ángel Elvira.