El Evangelio de Etchmiadzin (989
) es el más célebre de los manuscritos ilustrados de Matenadaran y también el más conocido por los especialistas. Gracias a las cualidades artísticas poco comunes de sus miniaturas, a su iconografía, al hecho que reune tres monumentos diferentes que son las miniaturas terminales del siglo VI
, las miniaturas iniciales del siglo X
y una remarcable encuadernación en marfil esculpido, gracias igualmente a su estado de conservación extraordinario (los colores permanecen en una explosión de frescor y de pureza), este manuscrito que uno se puede imaginar más bien milenario constituye una obra única en su género.